Morir, dejar de existir, desvanecerse, despedirse…
Morir, dejar de respirar, de moverte, de ver, oler, pensar, sentir, saborear….
Es el final, ese amargo final que le da sentido a nuestras vidas.
La muerte, pues, no es más que un recordatorio de lo poco que dura una vida y de cuanto hay que aprovecharla.
Aunque nos duela, aunque nos rompa el alma, es así, no hay marcha atrás.
Nacer, morir y entremedio una vida, unas vidas. Distintas entre sí, con una meta en común:
Conseguir la felicidad, el sentido y el rumbo del porvenir.
¡Vive, que ya habrá tiempo para morir!
Morir, dejar de respirar, de moverte, de ver, oler, pensar, sentir, saborear….
Es el final, ese amargo final que le da sentido a nuestras vidas.
La muerte, pues, no es más que un recordatorio de lo poco que dura una vida y de cuanto hay que aprovecharla.
Aunque nos duela, aunque nos rompa el alma, es así, no hay marcha atrás.
Nacer, morir y entremedio una vida, unas vidas. Distintas entre sí, con una meta en común:
Conseguir la felicidad, el sentido y el rumbo del porvenir.
¡Vive, que ya habrá tiempo para morir!