Post mortem

-En el alba de tu amanecer campa la oscuridad a sus anchas.
-¿Cuánto?-pregunta.
-Un segundo-respondo.
Y un suspiro de tranquilidad escapa eufórico desde su ser.
-Eterno-añado al final. Y sus ojos ennegrecidos lloran.
-¿Ya no suspiras alma en pena?-clavó sus cuencas en mis ojos.
-¿Eres la muerte?-preguntó
-Soy la vida-respondí.

Y esa es la última vez que lo vi, siempre es la última vez que los veo.
Un instante, y cambio el rumbo de sus vidas.

-No soy la muerte, soy la vida.

REM

Te descubrí hace tiempo en la Estación de Rem. Desde entonces, cada noche deambulo por allí. Espero que  aparezcas, que me sonrías y me sostengas entre tus brazos: firmes, invisibles. Que me mires sin verte. Sentirte sin tenerte.

Hemos vivido tantas cosas juntos; momentos inolvidables a merced de mi memoria. Siempre ocurre igual, por la mañana el recuerdo es nítido pero con el paso de las horas se difumina. No quiero ni imaginar la de noches que hemos pasado juntos y que ni siquiera soy capaz de recordar.

No podemos vivir así. ¡No puedo! ¡Desaparece! Pero conmigo. Cojamos un tren, salgamos de Rem. Confía en mí, salgamos de Rem.

19 de Marzo

Sin nada más que decir
y sin más dilación
me despido.
Tal vez hasta mañana
o hasta los confines de la nada.
Pues, ¿quién sabe lo que nos depara?

Incertidumbre cardiaca

En una conversación cardiaca cualquiera, la aurícula le pregunta al ventrículo:
-¿Sabes quién necesita más amor?
-El cerebro.-Responde el ventrículo.

Este que lo estaba escuchando todo, les pregunta:
-¿Saben quién necesita más pasión?-acto seguido responde.-El corazón.