miércoles, 19 de septiembre de 2012

La carrera de la vida

Tengo vértigo de mis pasos, no a donde me llevan. Tengo miedo, sí, pero no por ello voy a dejar de caminar. Sólo espero no deambular mucho, por aquello de no perder el tren. Si lo pierdo ¿habré ganado o habré perdido la carrera frente a la vida?

  Esta es una batalla a contrarreloj, pero nadie me pregunto si la quería librar. Si abandono ¿me estaré abandonando a mi fortuna?¿a mi suerte?
  Y si simplemente cambio mi forma de vivir y si estipulo otras prioridades en mi vida, otras que no venga dictaminadas por la sociedad en la que vivimos. Entonces, no habré perdido ¿no?

¿Y si? ¿Y si? Y si ya no se que diablos esperar de la vida y menos aún que hacer con la mía. Y si lo único que hago es excusarme de mis obligaciones y responsabilidades. Y si lo único que hago es darle vueltas y vueltas a mi cabeza, con lo fácil que sería seguir una línea recta, una suceción de puntos, de actos que se pierden en el horizonte para luego perderse en el olvido de una tumba.

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