¿A quién no le gustaría tener la habilidad de parar el tiempo? ¿Cuántos
de nosotros no hemos soñado con ello? Es cierto, ¿no?. Bueno, ahora les
voy a revelar un secreto.
He estado indagando en mi cerebro y he descubierto que todos y cada uno
de nosotros poseemos en nuestro interior ese poder, ya sea en mayor o
menor medida. Sin embargo, lo usamos mal.
¿A qué todos hemos pasado por situaciones en las que
desconectaríamos del mundo? Y de hecho, eso es lo que hacemos. Es como si detuviéramos el tiempo, nos aislamos. Sin embargo, muchos no son conscientes que el mundo sigue, él no espera por nadie. Bueno, algunos
si que nos percatamos de ello y eso, asusta.
Al llegar a esta situación, se nos plantean dos opciones:
Una,
nos quedamos quietecitos en nuestro "paraíso del tiempo eterno", o dos,
salimos de nuestra guarida y miramos al mundo. Está claro que la primera
opción es pan comido. Si bien, tuviera que elegir, me quedo con la
segunda. Será difícil al principio, pero ¿vamos a dejar que algo nos
afecte tanto, hasta el punto de casi desaparecer en nuestra propia
sombra?
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