-¿Cuánto?-pregunta.
-Un segundo-respondo.
Y un suspiro de tranquilidad escapa eufórico desde su ser.
-Eterno-añado al final. Y sus ojos ennegrecidos lloran.
-¿Ya no suspiras alma en pena?-clavó sus cuencas en mis ojos.
-¿Eres la muerte?-preguntó
-Soy la vida-respondí.
Y esa es la última vez que lo vi, siempre es la última vez que los veo.
Un instante, y cambio el rumbo de sus vidas.
Un instante, y cambio el rumbo de sus vidas.
-No soy la muerte, soy la vida.
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